Wednesday, June 12, 2013

Monólogo por Asterisco

Ya era de noche y mi mamá, para variar, me había dicho que no podía salir sin darme ninguna explicación; solo el mayor de mis hermanos tuvo permiso.

Ricky y yo teníamos que quedarnos en la casa, ¿por qué? No lo sabíamos. Simplemente había que acatar las órdenes. Sólo queríamos ir a Santa Fe, la urbanización de mi prima donde estaban todos reunidos en el parque. No había nada del otro mundo, pero, cuando uno es adolescente, cada plan es imperdible, cada reunión de amigos es la mejor.

Pero yo tenía que quedarme en la casa. Mi espíritu rebelde que no acepta “nos” sin explicación, y mi adolescencia en pleno auge, decidieron que no tendría nada de malo ir un rato y regresar sin que mis papas lo supieran.

Primero tuve que convencer a mi hermano. Comenzamos a caminar (la urbanización quedaba a unos 8 minutos, caminando) y, a la  mitad del camino, él se arrepintió y regresamos. Yo seguía queriendo ir, pero caminar a esa hora en la noche sola, tampoco; no era para tanto riesgo.

Me llamaron dos amigos que estaban allá y me vinieron a recoger, caminando, así que, finalmente, fui yo sola. La pasé increíble. Disfruté con mis amigos, conversamos, algunos chuparon.

Regresé en la madrugada, ahora sí, en carro. Y esa noche dormí tranquila, sabiendo que mis padres no me habían sentido salir ni entrar en la casa.

Al día siguiente, todo estuvo normal con ellos. Yo volví a salir con mis amigos y, en la noche, mi mamá me fue a recoger. Nos teníamos que arreglar para una fiesta (mis hermanos y yo) y, cuando estábamos en el carro, regresando a la casa, mi mama recibe una llamada. La noto hablar un poco extraño. Y, apenas me bajo del carro, me quita el celular y me dice que estaba castigada.

Me hicieron el drama más grande del mundo, por haberme escapado la noche anterior. Me sentí muy mal por haberlo hecho, pero peor me sentí con todo lo que me dijeron. Los había decepcionado, perdido la confianza, faltado el respeto.

Mi papá no se cansó de decirme cómo se sentía porque había burlado su autoridad. No salí de mi casa como en tres meses y me levantaron el castigo solo porque en diciembre llegó mi cumpleaños. Ya han pasado diez años de eso, y todavía mis hermanos y yo no sabemos quién fue la de la llamada.

No comments:

Post a Comment