Monday, June 17, 2013

Monólogo por Xavier Orellana

No es nada raro que mi carro dé problemas. Me he quedado botado, la llanta ha explotado e incluso choqué con un motociclista, aunque eso no fue culpa del carro. Normalmente aparecen pequeñas fallas que se van acumulando y me causan molestias. Debido a esto me vi obligado a quedarme sin carro durante dos semanas mientras lo arreglaban en el taller, pero era bueno saber que después todo iba a funcionar bien. Cuando al fin lo retiré, regresé a mi ciudadela y lo estacioné en el parqueadero de un centro comercial. Esto es a pocos pasos de la garita, donde me recogió el BUEES. 

Después de algunas horas, regresé a ver mi carro y junto a él había un hombre sosteniendo algunas ramas de árboles. En el piso había muchas hojas y pedazos de madera. Estaba a punto de subirme al carro cuando el señor me dijo algo. Me dijo que una rama se había caído y yo estaba aliviado de que al carro no le haya pasado nada, porque todas habían caído al piso. El me seguía repitiendo lo mismo y ya no sabía que más decirle así que le terminé diciendo que me iba a ir con cuidado para no aplastar sus ramas. 

Cuando me subí al carro me di cuenta que la rama había caído sobre el parabrisas y lo había roto. El hombre las había sacado de encima del carro. Por suerte, se pudo arreglar el daño, después de un mes en el taller.

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